Viaje al Centro Geográfico de Aragón

Emulando la mítica novela de Julio Verne, el dragón Chorche propone embarcarse en la aventura de viajar al centro geográfico de Aragón. Una empresa mucho menos arriesgada y apasionante, pero que descubrirá un punto escasamente conocido por los propios aragoneses.

En primer lugar, hay que saber a qué se refiere el término “centro geográfico”. Lo que primero viene a la cabeza a la hora de buscar el centro de Aragón es la ciudad de Zaragoza. Su posición en el mapa autonómico es aparentemente centrada. Ser el nodo de las principales carreteras y líneas de ferrocarril inclina a pensar a primera vista que es el punto más céntrico de Aragón. También hidrográficamente, su ubicación en el tramo central del río Ebro, en confluencia con dos grandes ríos provenientes uno del norte y otro del sur, Gállego y Huerva, hacen pensar que se trata del centro de Aragón. Además, históricamente, aglutina una dilatada historia de más de dos milenios. Su desarrollo demográfico la ha convertido en el punto más poblado de Aragón, donde viven más de la mitad de los aragoneses. Sin embargo, todos estos aspectos no son determinantes a la hora de averiguar dónde se encuentra el centro geográfico de Aragón, motivo de esta aventura.

Cálculo del Centro Geográfico de Aragón

En geografía, el centro geográfico de una superficie equivale a su centroide o baricentro. Este punto es el lugar donde se cruzan los hiperplanos que dividen la figura en partes de igual momento, es decir, su centro de simetría. El cálculo de estas coordenadas para una región física del tamaño de Aragón es bastante complicado. La primera cuestión a plantear es el establecimiento de unos criterios previos para simplificar el cálculo, ya que de otra manera podría llegar a ser imposible de realizar. Se parte de la base de que la densidad y el campo gravitatorio en todo el territorio es uniforme. Por otra parte, la superficie de Aragón tiene acusados relieves. Además, no se debe olvidar la condición de ser una superficie esférica, al ser una porción del globo terrestre. Con todas las consideraciones anteriores, lo que se hace es tomar una proyección cartográfica de esta superficie irregular, que permitirá calcular unas coordenadas en latitud y longitud que darán lugar a un punto.

Para iniciar el cálculo debe establecerse un sistema de coordenadas cuyo origen se ubica en el ángulo inferior izquierdo. El eje horizontal, que se ajusta al punto más meridional del mapa, mide las distancias hacia el Este. Y el eje vertical, ajustado al punto más occidental, en dirección al Norte. Una vez establecido, cualquier punto del mapa quedará determinado por una coordenada para el eje X (hacia el Este) y otra para el eje Y (hacia el Norte). En primer lugar, deberá establecerse un reticulado en el mapa. A mayor número de cuadrículas, abarcando éstas menor superficie, el cálculo del centro geográfico de Aragón se realizará con mayor precisión.

Vamos a realizar un ejemplo práctico con una malla muy sencilla para intentar comprender cómo se identifica el centro medio de todos los puntos de una superficie, es decir, su centro geométrico. En la parte inferior aparece el mapa geográfico de Aragón dividido en cuadrículas respecto a los dos ejes de coordenadas.

El valor numérico de las coordenadas de x e y de cada cuadrícula se le asigna al punto medio tal que: 0,5 1,5 2,5 3,5 4,5 …

Teniendo en cuenta que la superficie con la que contamos es irregular debemos de aplicar un criterio de ponderación. A las cuadrículas que corresponden de manera íntegra con superficie de Aragón les aplicaremos el valor de w=1 , mientras que, a las cuadrículas no completas que sólo contienen en parte la superficie de Aragón, les aplicaremos un valor de w=0,5 .

De esta manera la formulación quedará de la siguiente manera:

Para todas las filas y columnas de los ejes X e Y, realizaremos la suma de los valores de w asignados a cada una de las cuadrículas, obteniendo los respectivos w.

Después, calcularemos el producto de cada uno de los valores de x e y por su correspondiente valor w en cada eje.

∑ (x x w)

∑ ( y x w)

Restará calcular el punto medio en cada eje tras aplicar la ponderación, según sigue:

Punto medio ponderado en el Eje = ∑ (x x w) / w

Punto medio ponderado en el Eje = ∑ ( y x w) / w

Estas serán las coordenadas del centro geográfico correspondiente a la superficie.

Este cálculo matemático fue llevado a cabo hace algún tiempo por el Instituto Geográfico de Aragón. El resultado puede consultarse en la publicación de García (2011). Para ello se utilizó la malla correspondiente a un mapa de escala 1:5000. Con ella se parte de 10.579 cuadrículas, que responden a 149 filas y 71 columnas. En realidad, Aragón sólo ocupa 6.236 cuadrículas, que se corresponden con las respectivas fuellas* de 1:5000 que cubren toda su superficie. Siguiendo el procedimiento de cálculo antes expuesto, se llega al siguiente resultado.

*Fuellas: Hojas.

CENTRO GEOGRÁFICO DE ARAGÓN

Proyección UTM ETRS89 Huso 30 N

x:  694.962,57

y: 4.598.208,43

Coordenadas Geográficas ETRS89

Latitud:  41°  30′  42,44659″ N

Longitud:   0°  39′  49,44038″ W

Cómo llegar al Centro Geográfico de Aragón

Una vez realizados los cálculos, llega al fin el momento de comenzar la aventura. Nos trasladamos al pueblo de Fuentes de Ebro, situado a unos 27 kilómetros de Zaragoza. Emplazada en la carretera de Castellón, esta localidad es bien conocida por la cebolla de Fuentes, que desde hace un década es comercializada bajo la enseña de su propia denominación de origen. Aglutina a unos 4.500 habitantes. En lo artístico destaca su iglesia parroquial en advocación a San Miguel Arcángel. Fue construida en el siglo XVI por el conde de Fuentes, don Juan Fernández de Heredia y Ximénez de Urrea, en estilo neoclásico. Se encargó la obra al arquitecto francés Quinto Pierres Vedel. A él se deben singulares obras en Aragón como el Acueducto de Teruel, la Mina de Daroca y la catedral de Santa María de Albarracín, donde está apedecato*. Sin embargo su elemento más llamativo, la torre de la iglesia, es de factura posterior ya que tiene poco más de un siglo de antigüedad. Debido al mal estado de la torre anterior se demolió en el año 1881. De nuevo un afamado arquitecto, el turiasonense Félix Navarro, se encarga de esta nueva obra. Esta singular torre recuerda a las torres de la lejana Venecia. Destacan los conjuntos escultóricos y el afilado chapitel con que se remata.

*Apedecar: Enterrar.

Torre de la Iglesia de San Miguel. Fuentes de Ebro
Campanario de la Iglesia de San Miguel. Fuentes de Ebro

Cercana está la plaza de la Constitución, presidida por la Casa de la Villa. Un edificio que evoca la estructura de los palacios renacentistas aragoneses, pero que fue construido en 1985. Cuenta con fachada de ladrillo, planta noble con balcones y galería de arcos doblados en su parte alta. La reciente urbanización de la plaza, llevada a cabo en 2018, ha incorporado en su parte central una referencia al centro geográfico de Aragón, reclamando así la titularidad que se le atribuye a esta localidad. En el pavimento aparece una placa metálica con topónimos de la geografía aragonesa, donde además se nombran elementos del patrimonio material e inmaterial de la localidad.

Plaza de la Constitucion. Fuentes de Ebro

Sin embargo, el punto no se encuentra en el casco urbano. El centro geográfico de la Comunidad Autónoma de Aragón se encuentra en el término municipal de Fuentes de Ebro, en un paraje yesífero denominado “Despeñaciegos”. Su acceso no es complicado. Un kilómetro antes de alcanzar el pueblo por la antigua carretera nacional, frente a la Finca La Dehesa, parte una pista. Éste es el punto de inicio de la hazaña (1).

Sin dejar la pista principal, tras haber recorrido 1,15 km, se pasa por debajo de la circunvalación de la carretera de Castellón. Tras un ligero ascenso se toma dirección a la izquierda (2), y poco más adelante por la pista principal se toma nuevamamente el ramal izquierdo (3), tras 1,4 km de recorrido. A los dos kilómetros aparece un nuevo cruce. En esta ocasión de nuevo debe tomarse una pista a mano izquierda (4). En este punto es recomendable dejar el vehículo y avanzar caminando.

El objetivo ya no está lejos, a unos 650 metros de distancia. Primero se recorre el trazado de la pista que discurre a la izquierda de los campos y que poco a poco se va degradando (5). En unos diez minutos andando se acaba la pista y se llega a una zona libre de cultivo salpicada de grandes bolos de alabastro. Debemos encaminarnos al pequeño barranco que se emplaza al frente, ligeramente a la derecha (6). Aunque la vegetación es abundante se puede avanzar por un sendero señalizado que cruza en varias ocasiones el pequeño reguero que lo recorre (7). En otros cinco minutos desde la pista se deja el barranco a mitad, a mano izquierda. Sólo resta remontar la ladera con menos vegetación (8) y tras alcanzar un pequeño llano girar a mano derecha para alcanzar la parte más alta donde se encuentra el objetivo.

El Centro Geográfico de Aragón se encuentra marcado con un poste que lo identifica con un anagrama y la bandera de Aragón. A su alrededor dos círculos concéntricos realizados con piedras de alabastro remarcan su ubicación.

El paisaje está dominado por vegetación esteparia de escaso porte. La panorámica en dirección al norte proporciona una vista del barranco por donde se asciende, con las vales cultivadas a media distancia. Al fondo destaca el constraste del color verde de las fértiles tierras del valle del Ebro delimitadas por los escarpes yesíferos. Si la visibilidad es buena se pueden divisar la Sierra de Alcubierre y en días muy claros incluso las sierras prepirenaicas y la cordillera de los Pirineos.

También es posible subir a la ladera opuesta desde donde hay una buena vista del centro geográfico. Desde el último poste de la senda aparece señalizado el acceso a este mirador.

Como de costumbre en nuestra tierra en muchas ocasiones no valoramos las cosas. Este lugar quizás no sea de importancia, pero debería contar con señalización oficial para acceder desde Fuentes de Ebro. Y debería divulgarse su existencia. Aunque sólo sea porque se ha realizado el cálculo por un órgano dependiente del Gobierno de Aragón, el Instituto Geográfico de Aragón. Precisamente en muchos países y regiones sus centros geográficos están perfectamente identificados y señalizados. El valor simbólico hace que se conviertan en lugares de interés para los más curiosos. Se pueden consultar en el siguiente enlace la localización de muchos de ellos como los de Polonia, Alemania, Portugal o Nueva Zelanda.

GEOGRAPHICAL CENTERS

En el caso de las comunidades autónomas españolas sólo en algunas de ellas se ha calculado su centro geográfico. Dos de ellas lo tienen señalizado y es fácil su visita, Cataluña y Cantabria. Y otras han realizado su cálculo pero no está señalizado sobre el terreno, como es el caso de Galicia, Andalucía, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana.

Centro Geográfico de la Península Ibérica

En el caso de la Península Ibérica, el cálculo es complejo y no está determinado oficialmente. En el año 1561 se trasladó la capital de España a Madrid, una población que por aquel entonces tenía unos 20.000 habitantes. Se convirtió en la capital definitiva del estado. Su posición central en el mapa español puede hacer pensar que se trata del centro, pero no es así. Lo que sí posee es el Km 0 de las carreteras españolas. En el siglo XVIII se estableció la necesidad de crear una red de caminos que se adaptaría a la estructura centralizada del país. El mapa fue realizado entre 1739 y 1743 por los profesores jesuitas Carlos Martínez y Claudio de la Vega (información sobre la obra en la Biblioteca Nacional). Sin embargo, la designación actual de las carreteras nacionales, comarcales y locales se debe al Plan Peña, siendo ministro de Obras Públicas Alfonso Peña, entre 1937 y 1941 (ver documento plan de caminos). Este diseño radial de carreteras fijó el origen de las mismas en la Puerta del Sol de Madrid. 

El centro geográfico de la Península Ibérica actualmente está en pugna entre dos localidades de la Comunidad de Madrid, Getafe y Pinto. Tradicionalmente se ha pensado que este punto está situado en el Cerro de los Ángeles, ubicado al este del casco urbano de Getafe, una población de unos 180.000 habitantes. Alfonso IV tras la reconquista mandó edificar una ermita. Y en el siglo XIX el rey Alfonso XIII mandó construir la estatua del Sagrado Corazón, la cual tuvo que ser levantada de nuevo tras la guerra civil. El cerro se eleva a 666 metros de cota máxima marcada con un vértice geodésico.

Sin embargo, Pinto, una localidad del sur de región madrileña, también reivindica ser el centro. Exactamente a tan sólo 7,5 kilómetros al sur se encuentra este segundo punto. En este caso está ubicado en pleno casco urbano de la localidad, que cuenta con una población de 51.000 habitantes. En concreto en la confluencia de la calle Maestra María del Rosario y calle Egido de la Fuente. Un monolito colocado en los años sesenta marca el punto. Anteriormente hubo una piedra con un aspa colocada conocida como la “Exacta”. Según cuenta la leyenda, en este lugar estuvo enterrada un arca con los instrumentos empleados por los musulmanes para realizar las mediciones que determinaron que este punto era el lugar céntrico de la Península Ibérica. El topónimo de la localidad parece proceder del término “punctum”, punto de paso o cruce de caminos. Precisamente el escudo de Pinto representa la esfera terrestre con un punto marcado en rojo, haciendo una alegoría al centro de España.

Las dimensiones de la Península Ibérica, unos 480.000 km2, y la complejidad de su territorio físico hacen difícil establecer este punto de manera única y exacta. La principal variable es delimitar el límite de la superficie peninsular con respecto al continente europeo. La frontera política entre España y Francia no coincide con la zona más estrecha del istmo que separa la península del continente. Pero existen otras variables como son el límite costero, que varía según la situación de pleamar o bajamar. También las desembocaduras de los ríos crean zonas que hacen dudar de la divisoria exacta entre el mar y tierra. Y finalmente hay que tener en cuenta que se trata de una superficie esférica y con una orografía muy irregular, lo que complica todavía más los cálculos, al tener que extrapolar el centro geográfico a un punto de la superficie terrestre. Con todo ello, el geógrafo Javier Colomo, doctor en Geografía e Historia, se aventuró a realizar el cálculo en el año 2018. Como base del estudio de Colomo (2018) se estableció el límite de la Península Ibérica en la actual frontera entre España y Francia. Y respecto a la superficie esférica utilizó la representación tridimensional de la Tierra representada en Google Earth con coordenadas WGS84 que se corresponden con las ofrecidas por GPS. Tras dividir la superficie en miles de cuadrículas y realizar los cálculos matemáticos localizó el punto en medio del campo, a cuatro kilómetros del centro de Méntrida (Toledo). Esta población de 5.000 habitantes se emplaza al norte de la provincia toledana, muy cercana a la Comunidad de Madrid.

Entre el centro geográfico de la Península Ibérica calculado por Javier Colomo y el centro geográfico de Pinto hay 45,8 kilómetros de distancia. Y respecto al centro geográfico del Cerro de los Ángeles de Getafe la distancia es de 47,6 kilómetros.

Bibliografía

García, M.L. (2011). Centro geográfico de Aragón. En Delimitación comarcal de Zaragoza (1ª ed., pp.70-72). Zaragoza: Gobierno de Aragón. Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior. Recuperado de: http://mov-brs-01.aragon.es/cgi-bin/IDOT/BRSCGI?CMD=VEROBJ&MLKOB=839719975858

Colomo, J. (2018). Centro Geográfico de la superficie de la península Ibérica. Recuperado de:  https://www.javiercolomo.com/index_archivos/Iberia/Iberia.htm

Alabastro, el mineral aragonés más internacional

El alabastro tiene su origen etimológico en el término αλάϐαστρος, procedente del griego antiguo. Con este nombre, Alabastron, los griegos renombraron una ciudad egipcia cercana a Tebas donde se extraía este material. Se utilizó éste para elaborar a partir del siglo XI a.C. unas pequeñas vasijas, que tomaron el nombre los alabastrones. Generalmente eran estrechas y de cuerpo redondeado, y no tenían ansas*. En ellas se portaban perfumes o ungüentos. Inicialmente se hacían con calcita, el alabastro de los antiguos, aunque después se fabricaron con terracota. Su uso se extendió a la Antigua Grecia a partir del siglo VII a. C, y también a otros puntos del mundo antiguo y de la cultura clásica. Desde su origen, se denomina alabastro a dos minerales totalmente diferentes: la calcita y el yeso. Sin embargo su composición y sus propiedades físicas no tienen nada en común. El alabastro calcáreo está constituido fundamentalmente por calcita (CaCO3) y se presenta en masas fibrosas, translúcidas, formadas por capas de crecimiento paralelas o concéntricas. Su dureza ronda el valor 3 en la escala de Mohs. En cuanto al alabastro yesoso, es el conocido en la actualidad como alabastro. Se trata de una rara variedad de yeso (CaSO4.2h2O). Tiene una dureza de 1,5 a 2 en la escala de Mohs, es decir, se raya con la uña. Su aspecto es compacto y está constituido por diminutos cristales de yeso, de entre 10 y 80 micras. Este tipo de yeso se presenta en masas compactas y homogéneas, de grano fino, y color blanco o ligeramente gris. Los alabastros más puros y constituidos por cristales más finos son los de mayor calidad.
*Ansa: Asa.
Sus propiedades físicas (translucidez, densidad, dureza, color, etc.) le confieren unas peculiares características ornamentales. Sus tonalidades entre blanquecinas y grisáceas, además de permitir el paso de la luz son los motivos por los cuales el alabastro es valorado como piedra decorativa. Debido a la textura que le confiere el pequeño tamaño de grano, similar al mármol pulimentado, es apreciado para el uso en la construcción así como en numerosos trabajos de arte. Además su blandura permite tallarlo con formas muy elaboradas con cierta facilidad. Sin embargo también tiene propiedades que han limitado su empleo. El alabastro es menos resistente a compresión (200 kg/cm2) que otras piedras naturales de uso equiparable como el mármol (de 600 a 1000 kg/cm2). Además cuando se expone a altas temperaturas, pierde moléculas de agua, y por lo tanto su translucidez. Debido a ello se aconseja para la decoración de interiores. También es soluble con el agua, por lo que puede sufrir serias erosiones superficiales el alabastro expuesto a este agente.
Una de las peculiaridades es su procedencia. La mayor parte de la producción mundial procede de Aragón. Esta variedad de yeso se extrae en menor medida en otras canteras españolas así como de Italia, Grecia, Inglaterra, Alemania, Libia o Egipto. Los yacimientos aragoneses se concentran en dos zonas: en el entorno del valle del Ebro, en la Ribera Baja del Ebro y Bajo Martín, y en la zona de Calatayud, en concreto en la cuenca baja del Jiloca. En la actualidad son 8 las empresas que llevan a cabo la extracción de este mineral en 10 explotaciones activas que ocupan una superficie cercana a las 180 hectáreas. El sector emplea de manera aproximada a unos 200 trabajadores. La formación de este mineral comenzó en la Era Terciaria, gracias a depósitos que tienen una antigüedad de entre veinte y treinta millones de años. En la zona del valle del Ebro las capas de alabastro suelen ser de entre uno y dos metros de espesor, cuyos estratos horizontales se intercalan con capas de arcilla, areniscas y margas. También en forma de grandes bolos rodeados de arcillas. En la zona de Calatayud los bancos de yesos tienen espesores de entre 4 y 12 metros. Uno de los inconvenientes es el impacto medioambiental que provoca su extracción. La explotación se realiza a cielo abierto y de todo el material extraído sólo se aprovecha el 10% una vez eliminadas las impurezas. La actividad de las sernas* causa un grave impacto en el paisaje, difícil de restaurar en un clima tan árido. A ello se añade que el mineral es muy soluble en agua y el relieve se erosiona con facilidad.
*Serna: Cantera de piedra.
Aragón cuenta con seis centros de tratamiento para la elaboración industrial y artesanal. Se ubican en las localidades de Quinto, Sástago y Zaragoza, en esta provincia, y Azaila, Albalate del Arzobispo y La Puebla de Híjar, en Teruel. La producción que es apta para su comercialización, oscila entre las 25.000 y las 40.000 toneladas al año. Tras la extracción se procede a su tratamiento. La piedra en bruto es limpiada y cortada en placas de distintas medidas y grosores. Es necesario un dispositivo especial de enfriamiento para impedir que durante el corte las láminas se vuelvan opacas bajo el efecto del calor. También se prepara el alabastro en cilindros tubulares para su comercialización. Aragón está a la cabeza de la producción mundial y su alabastro se comercializa en diferentes mercados como el de Estados Unidos o países asiáticos.
El Gobierno de Aragón, a través del Departamento de Industria e Innovación y de su Dirección General de Energía y Minas, ha apoyado durante los últimos años la promoción, el desarrollo y la expansión de la producción de alabastro. En diciembre de 1999 se creó la Asociación para el Desarrollo del Alabastro en Aragón. El objetivo es la mejora de las técnicas empleadas, la restauración de los terrenos afectados, la transformación en nuestro territorio y la comercialización en busca de nuevos mercados. De igual modo, entre los objetivos públicos compartidos con el sector empresarial y la Universidad de Zaragoza se encuentra obtener una certificación para el alabastro de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) con el fin de permitir la exportación del alabastro como material de construcción y abrir de esta forma nuevos mercados en el extranjero.

Por otra parte, desde hace años se lleva a cabo en Albalate del Arzobispo el Simposio Internacional de Escultura en Alabrastro el cual atrae a artistas reconocidos a nivel nacional e internacional. El Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro (CIDA), cuyas instalaciones radican en esta localidad, es quién se encarga de su organización. Es además la sede del Proyecto Alabastro. Su objetivo es busca desarrollar y potenciar este mineral precioso, con grandes posibilidades económicas, sociales y culturales. El fomento de creación artística, uso en la arquitectura y la joyería son las líneas de actuación generales. En sus instalaciones además se organizan diferentes cursos formativos y se están promoviendo residencias artísticas.

El alabastro ha sido considerado la piedra del arte por excelencia desde la antigüedad clásica hasta hoy en día siendo uno de los materiales más utilizados por arquitectos y escultores debido a sus peculiares características geológicas. En cuanto a Aragón, debido a disponer de abundante material, ha tenido un uso muy amplio. Su empleo se remonta a la época romana, con la reconstrucción de las murallas de Zaragoza sobre el siglo III d. C. En época musulmana este material fue empleado tanto en la muralla del Palacio de la Aljafería como en la decoración interior. El arte románico lo aplica fundamentalmente en ventanas de iglesias y ermitas, aprovechando su propiedad traslúcida. Sin embargo la utilización del alabastro toma mayor impulso durante el periodo gótico y renacentista, no sólo en la arquitectura religiosa sino también en la arquitectura civil e institucional. En cuanto al alabastro aragonés ya gozaba de prestigio fuera de nuestras fronteras en el siglo XVI, siendo entonces citadas las canteras de Gelsa y Fuentes de Ebro, sin olvidar otras situadas en Fuentes de Jiloca y Borja.

aljaferia_alabastroLa lista de obras en las que se ha utilizado el alabastro en Aragón es interminable. Una de las ejecuciones más tempranas y sobresalientes es el sepulcro del arzobispo Lope Fernández de Luna (1382), en la Seo de Zaragoza. Un siglo después en la misma catedral se llevó a cabo el gran retablo mayor (1488), una de las mejores y más influyentes obras góticas aragonesas. En ella participaron Pere Johan, Hans de Suabia, Francisco Gomar y Gil Morlanes el Viejo. Sus dimensiones son de 16 metros de alto por 10 metros de ancho. El alabastro en esta ocasión fue policromado, con detalles en color dorado, dejando zonas con la blancura de este material, estableciendo un bello contraste. Precisamente Gil Morlanes fue el encargado de llevar cabo el retablo del monasterio de Montearagón (1509), el cual ahora se encuentra depositado en la catedral de Huesca. Unas décadas después fue encargado a Damián Forment el retablo del altar mayor de la entonces colegiata de Nuestra Señora del Pilar (1518) de Zaragoza. Su única condición era que fuera tan bueno o mejor que el de la Seo. Por aquel entonces también se culminaba otra de las joyas del renacimiento aragonés, la portada del monasterio de Santa Engracia de Zaragoza (1517). Fue iniciada por Gil Morlanes El Viejo y terminada por su hijo Gil Morlanes El Joven. Calatayud también cuenta con la magnífica portada de la colegiata de Santa María (1528) ejecutada por Esteban de Obray y Juan de Talavera. Ambas portadas tuvieron que protegerse de las inclemencias meteorológicas, ya que el alabastro es sensible a la lluvia.

portadacolegiatasantamariacalatayud_alabastroDamián Forment también ejecutó el encargo del retablo mayor de la catedral de Huesca (1534), nada menos que por cinco mil ducados de oro.  Pero el alabastro también dejó la huella en la arquitectura civil, con uno de los conjuntos artísticos más representativos del arte renacentista aragonés, el Patio de la Infanta (1550). Formaba parte del Palacio de Gabriel Zaporta, que fue desmontado por la ruina del edificio. Tras ser comprado y trasladado a París por un anticuario, volvió a Zaragoza instalándose en la sede central de Ibercaja, cerca de su anterior ubicación. El retablo de la Catedral de Santa María de la Asunción de Barbastro fue encargado a Damián Forment y su discípulo Juan de Liceyre dejando terminada la parte inferior en 1560. Hasta 1602 no se completó el retablo en un estilo completamente distinto. Uno de los últimos retablos de esta floreciente etapa es el retablo del monasterio de Rueda (1609) ejecutado por los maestros Esteban y Borunda. Tras la desamortización de Mendizábal el retablo cruzó el Ebro, y se trasladó a la iglesia parroquial de Escatrón.

patioinfanta_alabastro

En los últimos años este material ha sido utilizado en Aragón en obras tan emblemáticas como el antiguo Pabellón de Aragón en la Expo de Sevilla (1992), o en el Auditorio de Zaragoza (1994). Pero el alabastro aragonés también ha sido utilizado fuera de nuestras fronteras formando parte del Museo de la Fundación Miró de Palma de Mallorca (1992), el edificio de la Asamblea de Madrid (1998) o la Catedral de Los Ángeles (2002), en Estados Unidos, obra del afamado arquitecto Rafael Moneo. No sólo los arquitectos lo incorporan a sus obras, también es la materia prima para escultores como Eduardo Chillida. Un ejemplo de ello es la obra de “Homenaje a la mar” (1984).

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Y también José Miguel Abril, escultor turolense con diversas obras realizadas con alabastro, entre ellas “Velocitauro” (2009).

velocitauro_alabastroFoto cedida por José Miguel Abril

Además de toda la obra artística, en el siglo XX el alabastro comenzó a ser utilizado en el diseño de interiores residenciales por diseñadores del Art Deco y Art Nouveau. El resultado es crear espacios personales y únicos aportando una iluminación agradable y acogedora tanto con luz artificial como con luz natural. También se ha incorporado al diseño de mobiliario, como muebles para baños, dormitorios, puertas, mesas e incluso sillas realizadas en su totalidad con alabastro. Todo ello añadido a la tradicional fabricación de aparatos de luz decorativos, como tulipas y plafones.