El precioso letargo invernal del Moncayo

El otro día me apetecía tocar algo de nieve, y pensé en el Moncayo. Esa montaña tan emblemática para los aragoneses, y que es visible desde lugares tan lejanos. Cuando imaginamos un paisaje nevado siempre pensamos en los Pirineos. Bueno pues aquí esta Chorche para acercaros a otros rincones tan bellos e incluso más cercanos. El Sistema Ibérico, esta cordillera montañosa que marca los límites occidentales aragoneses, alcanza su tuca* en el Moncayo, con sus 2.314 metros de altura. En invierno siempre tiene nieve en su parte alta, y dependiendo de la climatología podemos alcanzarla fácilmente. La carretera que asciende desde Agramonte hasta el Santuario de la Virgen del Moncayo sirve de acceso atravesando un precioso bosque de hayas y pinos. Los últimos kilómetros de la pista son de tierra, y poco antes de llegar al santuario se recomienda hacer el trazado a pie. A 1.610 metros de altitud se emplaza el edificio del santuario, con excelentes vistas de las comarcas de Tarazona y el Moncayo y de Borja, que se completa con un amplísimo horizonte que dependiendo del día puede alcanzar a los Pirineos. Un lugar ideal para visitar en cualquier época del año.

*Tuca: Cumbre.

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Yo decidí acudir en invierno para contemplar el paisaje nevado, y no llegué al santuario con mi vehículo ya que la nieve complicaba el ascenso. Las boiras* que arropaban la gran montaña no dejaban ver la cumbre, e incluso me regalaron un pequeña sorpresa. Copos de nieve tiñeron el cielo azul, cayendo de nubes lejanas gracias a la ligera brisa. Pude así disfrutar de un paisaje más invernal. A pesar del letargo invernal la vegetación del Parque Natural del Moncayo ofrece estampas bien bonitas.

*Boiras: Nubes.

Rosales silvestres desprovistos de hojas pero cargados de escaramujos, sus frutos de color rojo anaranjado.

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Viejos troncos de hayas rodeados de acebos de brillantes hojas verdes y bayas de color rojo.

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Y preciosos suelos tapizados de brezo y cubiertos de nieve.

Conoce más sobre esta zona de la mano del dragón Chorche

Somontano del Moncayo, a los pies de la mítica montaña

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Corales de chelo

A punto de entrar de pleno en el invierno ya llevamos varias semanas sufriendo los rigores del mismo. Las bajas temperaturas nocturnas ofrecen al amanecer paisajes cubiertos de un manto blanco, que a veces simulan una nevada. Sin embargo están relacionados con la humedad y las bajas temperaturas. En concreto y de manera general, hay dos hidrometeoros diferentes que dan lugar a estos paisajes blancos, y que no son producto de la nieve caída desde la atmósfera: cencellada y escarcha.

Para la formación de la cencellada es imprescindible que haya niebla y que la temperatura sea inferior a 0º. La humedad relativa será a causa de la niebla del 100%. En esta situación las gotas que contienen la niebla que deberían estar congeladas, al contacto con cualquier superficie se hielan de inmediato formando plumas o agujas de hielo. También puede producirse este fenómeno con aire, dando lugar a formaciones más espectaculares en formas de banderas.

En el caso de la escarcha, el resultado es similar pero las condiciones atmosféricas son diferentes. En realidad se trata de la congelación del rocío. En noches frías y despejadas, con ausencia de aire y con una humedad relativa a partir del 60%, el vapor de agua se deposita sobre las superficies debido a la saturación de humedad del aire que se ha enfriado por la noche. En el caso de que los objetos se encuentren por debajo de 0º, este rocío se hiela, dando lugar a la escarcha, y formándose escamas, agujas, plumas o abanicos.

Después de la explicación técnica podemos ver unas cuantas fotos de escarcha, en la cual se aprecian las escamas depositadas sobre las piedras, y que podían denominarse corales de chelo*. El territorio que hoy es Aragón ha estado cubierto por mares desde el Paleozoico, hace más de 500 millones de años, hasta el Mesozoico inferior, momento en que todo Aragón ya formaba parte del continente europeo, hace unos 20 millones de años. Entonces seguro que nuestra tierra tenía muchos corales bajo el mar. Este paralelismo nos hace descubrir unos corales muy particulares, pero efímeros ya que la subida de la temperatura los hace desaparecer sin dejar rastro.

*Chelo: Hielo.

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