Laguna del Cañizar, una situación incomprensible

En plena llanura del Jiloca está situada la Laguna del Cañizar. La existencia de esta laguna está documentada desde época medieval. Tras la apertura de la fuente de Cella, surgió la Acequia Madre, también llamada río Cella, la cual canaliza el agua que brota de este pozo artesiano. Hasta el siglo XVIII la laguna ocupó una superficie estable, conviviendo con la acequia que discurre por uno de sus costados. Entre 1729 y 1731 se realizaron las obras de saneamiento de la laguna tras las quejas de los vecinos de Villarquemado, que dieron lugar a su desecación total. Para ello se reforzó la Acequia Madre y se creó un entramado de acequias menores que recogiesen el agua para evitar el embadinamiento*. Toda la superficie se reutilizó como campos de cultivo. A principios del siglo XXI comenzó la recuperación de la laguna, empresa llevada a cabo por los ayuntamientos de Cella y Villarquemado, a los cuales pertenecen las tierras del humedal. Tras las obras necesarias de drenaje se ha procedido a la recuperación de la zona inundable, que alcanza las 411 hectáreas. Ello la sitúa en el segundo humedal de agua dulce más extenso de España tras las Tablas de Daimiel, y la segunda laguna más extensa de Aragón tras Gallocanta. A lo largo de estos años se ha acondicionado un sendero perimetral de nueve kilómetros, varios observatorios con acceso desde Villarquemado, Cella y Las Granjas, además de dos embarcaderos que permiten introducirse mediante canales en la zona más profunda de la laguna, que ronda el metro de profundidad.

*Embadinar: Encharcar.

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Se trata de un proceso de recuperación integral de uno de los humedales más importantes de España, llevando a cabo un proyecto el cual durante el periodo de presentación no tuvo tan apenas rechazo. A continuación se llevaron a cabo las obras necesarias para su recuperación. Una vez culminado sin embargo tan apenas ha podido verse la laguna llena en una ocasión, ya que ello depende en exclusiva del cierre de unas tajaderas*. La llave de las compuertas de la laguna la tienen los regantes, y ellos han sido los que en los últimos meses han mostrado su opinión desfavorable con la creación de la plataforma No a la Laguna y manteniendo abiertas las compuertas. Todo este hermoso proyecto, muy valorado a nivel internacional por los expertos como un ejemplo a seguir, se ha visto truncado en los últimos meses. El detonante ha sido la creación de una zona de especial protección de aves conocida con las siglas de ZEPA, a la que se opone la plataforma. En la actualidad su tramitación que lleva adelante el Departamento de Medio Ambiente de la DGA está ya muy adelantada y se encuentra en periodo de alegaciones. Y todo parece indicar que saldrá adelante. Cuando esté en vigor no supondrá una variación notable para los vecinos de la zona. Respecto al tema de la caza, seguirá estando vedada la caza en la zona inundable como hasta ahora y en el resto se podrá cazar las especies autorizadas tal y como ocurre en la actualidad. En el aspecto urbanístico no se impedirá construir edificaciones en la zona de protección, aunque habrá que solicitar estudio de impacto medioambiental lo que no supondrá que no se puedan llevar a cabo las obras. Y en cuanto al riego, no le afecta para nada esta regulación. Por ello es difícil de entender cómo alguien puede posicionarse en contra cuando no supondrá limitaciones ni perjuicios. Pero sí puede suponer beneficios económicos para los agricultores de la zona, los cuales tendrán derecho a pedir subvenciones de compensación por los perjuicios que las aves protegidas puedan provocar en sus cosechas. Un ejemplo muy significativo fue la aplicación de la ZEPA en la laguna de Gallocanta. Tras mucho tiempo de debate y polémica se llevó a cabo, y los agricultores de esa zona ahora lo valoran como muy positivo, recibiendo compensaciones por el paso de las aves, y así contribuyendo a la conservación de otro humedal de gran importancia. Además de todo ello en Aragón cerca del 20% de la superficie está catalogada con esta protección, lo que demuestra que esta figura es compatible con el desarrollo de la población donde se encuentra. Queda claro que la postura contraria no se basa en criterios objetivos sino en otros de difícil explicación.

*Tajadera: Compuerta.

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En realidad los detractores han aprovechado la tramitación de la ZEPA para sacar a la luz su oposición a la laguna, como dejan claro con el nombre de su plataforma. En cuanto a los ayuntamientos afectados, la mitad están a favor y la mitad en contra. Como se puede intuir la postura coincide con el color político de sus alcaldes. Entre los que están a favor figuran los propietarios de las tierras donde se asienta la laguna e impulsores del proyecto, posición que puede variar en las próximas elecciones si cambiaran los partidos políticos que los gobiernan. Es lamentable que la situación de un proyecto tan emblemático dependa de intereses políticos. Y es incompresible una postura contraria a un proyecto medioambiental de importancia internacional sin aportar razones justificadas. La solución a esta paradójica situación pasa por el diálogo. Por ello lo mejor sería poner sobre la mesa la situación hidrológica de este paraje, que afecta a la cuenca alta del río Jiloca. Desde la parte defensora del proyecto se deja claro que el agua acumulada en la laguna podría permanecer allí sólo en la época invernal. En este periodo no es necesaria el agua para el riego, con lo que no habría perjuicio para los regantes.  Pero sí beneficio para ellos ya que este agua se guardaría para la época de riego, como lo hace cualquier embalse. Este agua podría ser utilizada en la época de riego entre entre abril y septiembre simplemente con la apertura de las compuertas que retienen el agua en la laguna del Cañizar. En la actualidad, con las compuertas abiertas el agua discurre por la Acequia Madre o río Cella y más tarde por el río Jiloca. Precisamente el fundamento de la protesta parece ser que es el uso del agua, pero la laguna serviría para incrementar los caudales de riego en la época de verano. Parece fácil la solución, pero la postura de negativa frontal, sin justificación alguna hace que ahora el proyecto de recuperación de la Laguna del Cañizar esté bloqueado por los regantes, los cuales tienen la llave de las compuertas e impiden su cierre.

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Otra parte implicada es la Confederación Hidrográfica del Ebro, la CHE. Participó en la financiación y ejecución de las obras de recuperación de la laguna. Tras la inauguración de las obras, se da la paradoja de que ahora se postula a favor de los regantes y de la plataforma No a la laguna. Una postura de nuevo incomprensible. Y más teniendo en cuenta que este organismo defiende los intereses de los regantes con la gestión de embalses con el fin de guardar caudales para el riego, como se podría hacer con las compuertas de la laguna, aunque en este caso su manera de proceder no sea la misma. Quizás tenga mucho que ver el color político de su presidente, acorde a los colores políticos de los opositores al proyecto en la zona, una práctica caciquil que debería haber desaparecido de nuestro territorio. Esperamos que la cordura y el diálogo hagan desbloquear esta situación, cuya solución propuesta beneficiaría a las dos partes, y supondría la recuperación de la Laguna del Cañizar y la mejora de los riegos de la cuenca alta del río Jiloca.

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La fuente de Cella, el apasionante viaje del agua

En la población de Cella, cercana a la capital turolense, podemos encontrar uno de los fenómenos hidrológicos más sorprendentes de Aragón. El agua que aflora en la fuente procede de un pozo artesiano, cuyo acuífero transporta las aguas recogidas a kilómetros de distancia. Se alimenta de las precipitaciones caídas en una superficie de 1.350 km2 entre Cella y Molina de Aragón, y entre Ojos Negros y Orihuela del Tremedal. El agua de lluvia y nieve recogida en toda esta extensión aflora en cuatro puntos: el río Gallo aguas arriba de Molina de Aragón, el río Guadalaviar aguas abajo de Albarracín, la laguna del Cañizar y la fuente de Cella. Se introduce en la tierra porosa que cubre esta zona adentrándose a varios cientos de metros de fundaria*. A pesar de las precipitaciones abundantes en la superficie, los barrancos tienen poco desarrollo debido a la rápida desaparición del agua y la vegetación de la superficie es propia de zonas más áridas. En la zona de infiltración también destacan la formación de dolinas (grandes depresiones) ya que el agua origina la disolución de las calizas, haciendo desaparecer cada año cientos de toneladas de roca disueltas por el efecto del agua.

*Fundaria: Profundidad.

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En época musulmana es posible que fueran utilizadas sus aguas ya que se sabe de la existencia de una antigua acequia que pudiera partir de la fuente. Sin embargo, históricamente se dice que el pozo fue perforado por los templarios. Pudo llevarse a cabo en el año 1177, cuando está documentado que los religiosos «hicieron algo excepcional en la población». La primera mención documental de la fuente de Cella data de 1224.  En todo caso la fuente no es una surgencia natural sino un pozo artesiano excavado por el hombre. En el año 1686 el concejo de Cella acondicionó la fuente, momento que se considera como el descubrimiento de la fuente para algunos. En esta ocasión se ampliaron las galerías de las surgencias, así como el fondo del embudo. Con el fin de aprovechar mejor el caudal que aflora se encargaron nuevas obras llevadas a cabo entre 1729 y 1732 por el ingeniero Domingo Ferrari. Tanto éstas como las anteriores fueron costeadas íntegramente por el concejo de Cella. Se construyó alrededor del pozo artesiano un pretil de piedra de sillería en todo su perímetro de 130 metros. Tiene planta elíptica, con 35 metros de eje mayor y 25 de eje menor. Adosada en un costado, justo encima del punto donde parte la Acequia Madre que distribuye el agua que mana de la fuente, se construyó la ermita de Ferrari, una sencilla capilla de planta cuadrada. Además el joven ingeniero italiano se encargó de las obras de mejora de la Acequia Madre y la construcción de contraacequias que tuvieron como resultado el desecado de la laguna del Cañizar en Villarquemado y su posterior utilización como campos de cultivo.

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El fondo de la fuente durante mucho tiempo ha sido un enigma debido a las contadas ocasiones en las que se ha visto totalmente ixeca*. La última vez se produjo en 1995. En la parte final del pozo aparece una escalera de 18 peldaños, y a continuación un muro de más de dos metros de altura. El fondo está formado por dos fosos intercomunicados, pero separados por una piedra. Estas dos bocas dan lugar a dos galerías, una de ellas de dos metros de altura y otra de unos sesenta centímetros. Estas galerías fueron ampliadas picando la roca. Debido a su profundidad, de 11 metros y medio, y su caudal medio, de unos 3.500 litros por segundo, se trata de uno de los pozos artesianos más grandes, amplios y profundos de Europa.

*Ixeca: Seca.

fuentecella_interiorEl agua que mana de la fuente se distribuye mediante varias acequias, siendo la más importante la Acequia Madre. En su recorrido sirve para el riego de campos de Cella, Villarquemado, Santa Eulalia, Torremocha, Torrelacárcel, Alba y Villafranca, y crea un cauce artificial denominado también río Cella. Sin embargo de manera errónea se ha hablado del nacimiento del río Jiloca en la fuente de Cella, cuando su verdadero nacimiento está en los Ojos de Monreal del Campo, también llamados Ojos del Jiloca. En este punto afloran unos manantiales de manera permanente que dan lugar al río Jiloca. Entre la fuente de Cella y los Ojos de Monreal discurre la Acequia Madre que no responde a la tipología de un río por su trazado rectilíneo, con taludes que evitan que el agua se derrame y que no recorre la parte más baja del valle. Se trata de una acequia creada y modificada por el hombre para abastecer de agua los campos situados en la vega. El escaso caudal que sobra del riego se incorpora al recién nacido río Jiloca en los Ojos de Monreal.

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Acueducto Romano, transportando el agua desde Albarracín a Cella

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