Hacía semanas que me rondaba por la cabeza visitar el planetario de Huesca, el único con el que cuenta Aragón. Su ubicación no ha sido casual ya que Huesca tiene mucha tradición en la observación de las estrellas, siendo la noche de contemplación de las lágrimas de San Lorenzo uno de los actos más emblemáticos de las fiestas de San Lorenzo, organizado desde hace años por la Agrupación Astronómica de Huesca. Además de todo ello esta entidad organiza múltiples actividades durante todo el año, cuenta con varios centenares de socios y tiene grupos Monzón y Sabiñánigo.
La verdad es que había oído poco de este lugar, aparte de las obras y de su inauguración. Quizás le falte algo más de promoción. Además la llegada fue algo complicada. A pesar de saber su localización exacta, en el Parque Tecnológico Walqa, la señalización es nefasta. En la autovía la señalización del parque tecnológico es escasa, dando mucha más importancia a una gasolinera previa que al propio recinto. Qué curioso, una multinacional con publicidad de baldes*, y un centro de desarrollo tecnológico olvidado por el ministerio de Fomento. Pero la señalización una vez fuera de la autovía es todavía peor, es decir, nula, tanto en la antigua carretera nacional como en el propio acceso a Walqa. Afortunadamente un pequeño cartel en la zona central del parque tecnológico aclara que allí esta el planetario. Empezaba mal la valoración del Centro Astronómico Aragonés. Pero a escasos metros del edificio todo sigue igual. Un talud lo oculta y hay que adivinar dónde ésta y dónde se puede aparcar. El nuevo centro ha sido bautizado como Espacio 0.42, que marca las coordenadas geográficas de la capital altoaragonesa. A partir de este momento comencé a valorar el lugar y la verdad es que la visita es imprescindible. Un edificio de fachada innovadora, en cuyo interior aparece una gran esfera terráquea que alberga el planetario. El centro ofrece una variada oferta de actividades englobadas en paquetes según edades de los visitantes y horarios, todos ellos relacionados con la astronomía y el espacio. Una gran explanada verde ante el edificio configura un espacio perfecto para la realizar todo tipo de actividades al aire libre, fundamentalmente nocturnas con la observación de las estrellas.
*De baldes: Gratis.En mi visita opté por una sesión que comenzaba a las ocho de la tarde. En primer lugar hubo una demostración de cohetes caseros en en exterior del edificio, sorprendiendo por lo alto que se puede lanzar un cohete compuesto por una botella, una cartulina y una pelota, sólo con aire a presión y agua. Ya en el interior el guía nos contó datos anecdóticos sobre el globo terráqueo. La parte más interesante fue la proyección de la película «El nacimiento de la era espacial» en el planetario. Aparte de la calidad de la proyección, la película estuvo muy bien con un contenido muy interesante y divulgativo. La sesión finalizó con una simulación 4D en una sala más pequeña, donde además de las tres dimensiones de la proyección las butacas acompañaban en movimiento a la imagen, con lo que todo parecía muy real. En total una hora y media de duración con contenidos muy interesantes y a un precio muy razonable, 7 euros.
La vuelta al coche de nuevo supuso un nuevo punto negativo. La falta de iluminación en el exterior, condición necesaria para la mejor observación nocturna de las estrellas, hacía imposible acudir al aparcamiento a tentón*. Gracias a los móviles pudimos llegar sin ningún sobresalto. Unas pequeñas luces guía en dicho camino hubieran resuelto esta situación. Las instalaciones son inmejorables y ofrecen unos contenidos variados y de calidad, pero debe ser mejorada la señalización en los accesos tanto en las carreteras como en el propio parque tecnológico, así como la iluminación para acceder al recinto de noche.
*A tentón: A tientas.