Torrellas, con las puertas abiertas al arte

Cerca de Tarazona y no lejos de tierras sorianas se emplaza la localidad de Torrellas. Antis más* llegó a acoger a dos mil almas, antes de la expulsión de los moriscos en 1610. Tras el abandono casi total de la población se fue recuperando y en la actualidad, tras el bajón demográfico de este siglo aglutina a unos 250 vecinos censados. La huella dejada por los musulmanes es evidente y enriquece hoy en día todavía la pequeña población. Queda de manifiesto tanto en la traza urbana, como en la iglesia de San Martín de Tours, herencia de la antigua mezquita. En su interior se compone de tres naves separadas por arcos apuntados, producto de la reforma llevada a cabo en el siglo XVII para adaptarse al culto cristiano. La torre mudéjar tiene planta octogonal y presenta decoración de bella factura. En las cercanías se alza la plaza mayor, que destaca por el porticado de los laterales que de aportan un aspecto pintoresco al que se añade el color blanco de sus fachadas y la abundancia de macetas dando el toque de color. Con motivo del cuarto centenario de la expulsión de los moriscos el ayuntamiento colocó unas placas de cerámica identificando los puntos más representativos de legado musulmán en la trama urbana: la mezquita, el castillo, antiguas puertas de Esquena y Pontón y varias casas de ilustres moriscos.

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*Antis más: Antaño.

El hecho histórico de mayor repercusión de esta población fue la firma de la sentencia arbitral de Torrellas, el 8 de agosto de 1304. Allí se reunieron el rey Dionisio I de Portugal, el arzobispo de Zaragoza, Jimeno de Luna, en representación de la Corona de Aragón y el infante Juan de Castilla “el de Tarifa”. El objetivo era dirimir las disputas entre Aragón y Castilla relativas a las fronteras del reino de Murcia, en posesión del rey Jaime II de Aragón. Se acordó dividir las posesiones mediante el río Segura. Las tierras del este serían aragonesas, incluyendo a ciudades como Alicante, Cartagena y Elche. Mientras que las tierras situadas al oeste pasarían a manos castellanas, entre las cuales estaban las ciudades de Murcia, Lorca y Molina de Segura. En el tratado se resolvieron además las reclamaciones al trono castellano por parte de Alfonso de la Cerda, nieto de Alfonso X el Sabio, que tenía los apoyos del rey aragonés. A cambio de renunciar a las aspiraciones al trono le fueron entregados señoríos y posesiones dispersos por el territorio castellano.

En las últimas décadas el descenso demográfico ha provocado que muchas de las viviendas estén buedas* buena parte del año, y las corralizas y los pajares sin uso en estado de abandono. Por ello en el año 2016 el ayuntamiento de la localidad convocó un concurso de pinturas murales con el objetivo de revitalizar algunos edificios, bajo el nombre de “Arte en la calle”. En aquella primera edición se remozaron dos fachadas decorándolas con pinturas.

*Bueda: Vacía.

El experimento gustó mucho a los vecinos y se le dio continuidad al año siguiente. En la segunda convocatoria se seleccionaron tres murales, siendo el ganador el artista valenciano Ángel Caballero, conocido por el seudónimo de Xolaka. En su obra “Amor eterno”, se representa a dos personas mayores mirándose, que bien se pueden identificar con cualquier pareja de la localidad debido a la media de edad de sus habitantes.

Tras su ejecución el artista ofreció al ayuntamiento que decorase algunas puertas del pueblo, y la única condición que marcaron fue que tuvieran un mensaje multicultural. El resultado fueron cinco obras de arte cuyo soporte eran puertas metálicas pertenecientes a edificaciones ubicadas en torno a la calle Sol. Se trata de propiedades particulares que sus dueños han cedido gustosamente para embellecer su pueblo. En ellas se representa a rostros de niños de diferentes culturas.

Tras el éxito de la anterior intervención de Xolaka, le fueron encargadas otras cinco nuevas caras, en esta ocasión de personas mayores de diferentes partes del mundo. El formato elegido fue el mismo que el año anterior, puertas de hierro galvanizado. Su ubicación se concentra en torno al antiguo hospital de Torrellas, y fueron llevadas a cabo en febrero de 2018.

Y en este año se convocó la tercera edición de esta iniciativa, eligiéndose tres murales para continuar decorando diferentes espacios. Buena parte de los artistas que han participado cuentan con un reconocimiento internacional.

Con esta iniciativa se ha transformado el pueblo y se ha producido un cambio de imagen notable que está generando más visitas a esta localidad de la Comarca Tarazona y el Moncayo. Incluso el ayuntamiento ha publicado un folleto con la ubicación de las intervenciones artísticas.

Ya se está preparando la siguiente edición, que ya será la cuarta. Por una parte se continuará con la serie de rostros en las puertas. Con el fin de representar a diferentes generaciones se ha pensado que el hilo conductor será la gente joven, en el cual se plasmen rasgos muy actuales como rastas, tatuajes o piercings. Todavía se está diseñando el formato del proyecto cultural “Arte en la calle” de 2019. Y de manera paralela el ayuntamiento ha promovido un concurso de relatos “El mundo a las puertas de Torrellas”. En él podrán participar niños de 3º a 6º de primaria de la comarca. Con ello se pretende el fomento de la solidaridad y la creatividad de los más pequeños. Y para ligarlo con el proyecto artístico en sus relatos deberán dar vida a uno de los diez retratos llevados a cabo en las puertas de localidad. El plazo de entrega finalizará el mes de abril.

Una iniciativa que está colocando en el mapa a Torrellas, una localidad situada a los pies del Moncayo. Dando un aire fresco a un pueblo marcado por el envejecimiento y el lastre del descenso demográfico, con el fin de garantizar su futuro. Y todo ello gracias a una sencilla iniciativa artística que está decorando y embelleciendo la localidad, con una temática que remarca la convivencia entre culturas.