4º Excursión Joréate por Aragón a Canfranc

Como ya era tradicional, al término de la temporada el dragón Chorche nos tenía preparada una excursión, ya en su cuarta edición. En esta ocasión los apuntados se acercaban a las cuarenta personas. Sin embargo el tiempo nos jugó una mala pasada, dentro de una primavera complicada y salpicada de tormentas. La previsión anunciaba lluvias todo el fin de semana, y así se mantuvo hasta el mismo día de salir. Por ello la mitad de los apuntados, fundamentalmente los que iban a pasar el día, decidieron no desplazarse ante tales augurios. Al final 24 personas arrancamos el sábado por la mañana. Tras salir de Zaragoza con abundantes nubes, la patrulla de reconocimiento nos iba anunciando sol en Monrepós norte, después en Sabiñánigo y finalmente en Jaca. Allí decidimos quedar buscando una alternativa a la lluvia que no llegaba. Comenzamos con un pequeño almuerzo, y después aprovechamos la visita a la ciudad de Jaca para realizar las fotos del concurso fotográfico de este año.

El dragón Chorche iba improvisando y adaptando el plan al tiempo, que parece que nos respetaba. Algunos de los presentes descubrieron con este breve paseo la riqueza monumental de la antigua capital del reino de Aragón. Entramos a la seo* y salimos a la plaza del Mercado. Paseamos hasta llegar a la Torre de la Cárcel. Finalmente tomamos la calle Mayor frente al ayuntamiento, donde algunas decidieron aprovechar la visita para hacer shopping. Después recorrimos el paseo de la Constitución, y finalmente terminamos rodeando la Ciudadela, sin perder ojo a los ciervos, y aprovechando el tapiz verde de sus alrededores para hacer piruetas de todo tipo.

*Seo: Catedral.

Como el tiempo aguantaba ante nuestra sorpresa nos aventuramos a realizar el paseo previsto. Así nos fuimos hasta el merendero situado cerca de Canfranc-Pueblo donde habíamos quedado en un principio y comenzamos a andar. Estaba nublado y hacía aire, pero arrancamos. Lo primero fue una foto de grupo en el puente medieval, que marcaba el inicio de ruta.

El Camino de Santiago tenía un trazado sencillo, sin desnivel, y discurría por la margen izquierda del río Aragón. Las vistas en todo momento eran preciosas, siendo el verdor predominante después de un invierno tan abundante en precipitaciones. En algunos tramos incluso se atravesaba pequeños bosques, y otros delimitados por muros, permitían buenas vistas. Después de media hora de camino la lluvia comenzó a caer. Como íbamos bien preparados los chubasqueros salieron de las mochilas.

Conoce más sobre esta zona de la mano del dragón Chorche

Valle de Canfranc, surcado por el río Aragón

Fue poco lo que cayó, y rápido los recogimos. En el tramo intermedio atravesamos la carretera por debajo dos veces, con un merendero situado en en este tramo. Ya quedaba poco para llegar a Villanúa, y el tapiz vegetal ofrecía en este tramo variadas flores. Poco después de una hora alcanzamos con éxito el destino. Era la hora de comer, y fuimos a buscar los coches. La comida estaba prevista a cubierto, en el porche de la oficina de turismo de Villanúa. Amenazaba lluvia pero pudimos comer tranquilos. Cuando terminamos llegó al final la lluvia, con una fuerte tormenta, tal cual anunciaban. Cuando paró decidimos tomar un café en un bar del pueblo. Allí estuvimos tranquilos de charradeta aprovechando para conocernos mejor, ya que este año había nuevas caras.

Salimos y hacía una tarde magnífica para pasear, nublada pero con buena temperatura y una agradable humedad. Atravesamos la zona deportiva de la localidad jalonada por zonas verdes. Cruzamos el río Aragón que bajaba con fuerza. Y al otro lado estaba el centro de Villanúa. El casco antiguo estaba oculto por apartamentos. En el paseo disfrutamos de la bella arquitectura tradicional pirenaica, pasando junto a la iglesia parroquial.

Sin mención de lluvia nos trasladamos a Canfranc-Pueblo, donde estaba situado el albergue donde dormíamos. Lo primero fue llevar las mochilas para alojarnos. Teníamos reservada la falsa, una habitación para más de veinte personas. Nos gustó mucho su interior, rústica, y llena de literas que enseguida entusiasmó a los más pequeños. También teníamos reservadas dos habitaciones dobles. Mientras nos instalábamos llegó la segunda y última tormenta del todo el fin de semana. Cargó con fuerza, pero de nuevo nos pilló a cubierto. Y mientras tanto nos comenzaban a llegar imágenes y vídeos de la fuerte tormenta que había caído en Zaragoza, con inundaciones que hacía años que no se veían. Cada vez nos dábamos cuenta de la suerte nos sonreía en esta cuarta excursión de Joréate.

Hasta la hora de la cena unos decidieron dar un paseo por el pueblo, saliendo como los caragols* después de la lluvia, y otros se quedaron en las habitaciones. Cenamos y al anochecer nos fuimos todos a Canfranc-Estación. A las diez tenía lugar un espectáculo de luz y sonido aprovechando la magnífica estación de tren. Casi veinte minutos en los cuales se iluminó de variados colores su gran fachada, acompañados de música y de una locución que fue contando la interesante histórica de este edificio. Nos encandiló a todos el espectáculo, en medio de una magnífica noche en cuanto a temperatura, y sin lluvia¡¡¡¡

*Caragol: Caracol.

Cuando llegamos al albergue vimos cómo el Real Madrid recogía su decimotercera Copa de Europa. Pero nosotros a lo nuestro, a resolver entre todos los ganadores del concurso fotográfico. Estuvimos votando entre las dos fotos que habían enviado cada uno de los participantes de la excursión. Al final casi nos gana el sueño, pero resolvimos. Ahí van las fotos premiadas en las dos categorías, adulto y niño. El premio para los ganadores, una cesta de productos ecológicos  y de temporada, acompañada de una visita al huerto de la Torre de Chorche, y una linterna para categoría infantil.

1º Premio Categoría adultos

1º Premio Categoría infantil

Al día siguiente algunos madrugaron para ver cómo amanecía la mañana y aprovechar el frescor matinal. Ya nos habíamos olvidado de la previsión meteorológica, y disfrutamos del día con un tiempo magnífico. Desayunamos y a las diez ya estábamos en marcha. Decidimos dar un paseo por el Camino de Santiago, todo ello sin estar previsto. Al final la mayor parte realizaron el trayecto desde Canfranc-Pueblo a Canfranc-Estación, de una hora de duración. De nuevo disfrutamos de un recorrido sencillo, atravesando zonas de bosques húmedos plagados de musgo y helechos. Y al cruzar el cauce del barranco de Ip, una preciosa cascada ofrecía un lugar de gran belleza donde poder hacer buenas fotos.

La mayor parte continuaron hasta llegar a Canfranc-Estación, mientras otros trasladaban los coches para no tener que realizar el camino de vuelta. Nos juntamos todos allí, con un pequeño almuerzo en el parque situado junto a la carretera. A mediodía teníamos reservada una visita a la estación. Nos incorporamos a un grupo mayor, y lo primero fue ponernos el casco, ya que estaba en obras. Un paso húmedo y frío bajo las vías permitía acceder al vestíbulo. Allí comenzó la explicación de la guía comentando por qué se construyó en el barrio de los Arañones la estación de ferrocarril. En la parte trasera del edificio, junto a unos antiguos vagones de tren continuó el relato con el cambio del entorno paisajístico necesario para ubicar aquí este edificio. Y finalmente en el interior de vestíbulo nos contó su historia durante los años de funcionamiento, siendo testigo de espías y del oro nazi. Para finalizar nos dio unas pinceladas del esperanzador futuro que parece se acerca cada vez más a este emblemático edificio.

A su término nos fuimos al albergue, ya que se acercaba la hora de comer. Poco a poco iba llegando a su término esta cuarta excursión. Tras el café hicimos una tranquila sobremesa en la plaza del pueblo, aprovechando la buena tarde. Buena conversación entre nuevos amigos mientras tenía lugar el partido de fútbol entre la juventud. Y otro pequeño paseo por el pueblo, terminando con la foto de despedida bajo la bandera republicana que hondeaba en el parque.

Un buen final para un fin de semana que prometía ser un desastre con lluvia en todo momento, y que todos recordaremos como una magnífica experiencia para repetir.