El Santo Cáliz aragonés

Hace unas semanas decidí pasar una pequeñas vacaciones en Valencia. Estas tierras formaron parte de la Corona de Aragón como el reino de Valencia.  Se da la curiosa circunstancia de que con el avance cristiano hacia el sur, muchos aragoneses participaron en la ocupación, repoblando esta zona en las que vivían musulmanes desde el siglo VIII. Y los nuevos territorios podrían haber pertenecido a Aragón, como así ocurrió con la superficie reconquistada desde los condados pirenaicos hasta el sur de Teruel. Sin embargo el rey Jaime I decidió que Valencia se convirtiera en reino independiente, y así Aragón quedó delimitado como reino de Aragón con los límites actuales. Fue una oportunidad perdida para que nuestra tierra hubiera alcanzado el mar, y todo este territorio hubiese pertenecido a Aragón. Y ello se debe a este rey aragonés que con su decisión marcó ta cutio* los límites geográficos de Aragón.

*Ta cutio: Para siempre.

También hay otro pequeño vínculo que nos une con los valencianos, aparte de haber pertenecido a la misma corona. Y en él también han intervenido decisiones reales a favor de Valencia. Se trata de la pertenencia de un pequeño y valorado objeto: el Santo Cáliz. En realidad se trata de uno de los doscientos cálices que existen por el mundo que dicen ser el verdadero vaso eucarístico usado en la última cena que tuvo lugar durante la noche de Jueves Santo en Jerusalén. «Jesús, rodeado de los apóstoles, tomó el pan y el cáliz, y los bendijo y los repartió entre sus discípulos en señal de su entrega total». Entre las piezas que se disputan la autenticidad, aquellas con una mayor veracidad son el cáliz de doña Urraca (basílica de San Isidro de León), el Cáliz de Antioquía (colección Cloisters del Metropolitan Museum de Nueva York), Sacro Catino (Génova), Vaso de Nanteos (procedente de la Mansión Nanteos en Gales), Cáliz de Ardagh (Museo Nacional de Dublín), Copa de Hawkstone Park (propiedad de Victoria Palmer), Achatschale ( tesoro de los Habsburgo en Viena), Copa de Santa Isabel (perteneció a Santa Isabel de Hungría) y el Cáliz de la Catedral de Valencia.

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En cuanto al Santo Cáliz aragonés, se dice que éste fue llevado a Roma por San Pedro y que lo conservaron los Papas sucesores a éste hasta Sixto II. Por mediación de su diácono San Lorenzo, fue enviado a su tierra natal de Huesca en el siglo III para librarlo de la persecución del emperador Valeriano. Desde el año 258 hasta 712 estuvo en poder de los obispos aragoneses. Con la llegada de los musulmanes, el primer obispo de Huesca se refugió en la cueva de Santa Orosia, cerca de Sabiñánigo. Siendo obispo Ferriolo se guardó algún tiempo en el monasterio de San Pedro de Siresa. También pasó por el monasterio de Santa María de Sasabe, entre los valles de Canfranc y Hecho. El último de los obispos que allí vivió, García I, lo trasladó en 1044 a su residencia en la ciudad de Jaca, donde por aquellos años el rey Ramiro I estaba reedificando su catedral. En el año 1076 el obispo Sancho I, al renunciar al cargo y retirarse al monasterio de San Juan de la Peña se lo llevó consigo. Allí permaneció hasta el 26 de septiembre de 1399, cuando a instancias del rey Martín de Aragón fue llevado a Zaragoza. Este rey lo trasladó del palacio de la Aljafería a la capilla de su palacio en Barcelona unos años después siendo inventariado en 1410 en su nueva ubicación.  A su muerte, gran cantidad de las alfayas* que atesoraba el rey fueron trasladadas al palacio de su sucesor el rey Alfonso V de Aragón en Valencia. El Santo Cáliz fue conservado y venerado durante siglos entre las reliquias de la catedral, y hasta el siglo XVIII se utilizó para contener la forma consagrada el Jueves Santo. Durante la guerra de la Independencia, entre 1809 y 1813, fue llevado por Alicante e Ibiza hasta Palma de Mallorca, huyendo de la rapacidad de los invasores napoleónicos. En el año 1916 fue finalmente instalado en la antigua sala capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz. Precisamente esta exposición pública permanente de la sagrada reliquia hizo posible que se divulgara su conocimiento, muy reducido mientras permaneció reservado en el relicario de la catedral. El Papa Juan Pablo II celebró la eucaristía con el Santo Cáliz durante su visita a Valencia en noviembre de 1982 y lo mismo sucedió con el Papa Benedicto XVI que celebró la eucaristía en julio de 2006.

*Alfaya: Joya.
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En realidad la reliquia es la parte superior, una taza de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos cuando refracta la luz. Mucho más posteriores son las asas y el pie de oro finamente grabado. Todo ello es de época medieval. Las dimensiones son modestas: 17 cm. de altura, 9 cm. de anchura de la copa y 14,5 x 9,7 cm. que tiene la base elíptica.

santo_caliz_aragonesAunque los expertos son partidarios de la realización de un completo análisis de todas y cada una de las piezas que forman este cáliz para poder precisar mejor su datación y su origen, la Archidiócesis de Valencia no autoriza el desmontaje del cáliz porque, según afirma, existen pruebas suficientes que confirman su autenticidad. Hasta el momento, el único estudio de la pieza que existe de este tipo lo realizó hace cincuenta años el catedrático de arqueología de la Universidad de Zaragoza, Antonio Beltrán. Éste concluyó que el aspecto inicial del cáliz aragonés era muy diferente al actual. El pie, las asas y la vara de unión se añadieron tiempo después a la copa superior. La verdadera reliquia fue datada entre los siglos IV a.C. y I d. C. y fue labrada en un taller oriental de Egipto, de Siria o de la propia Palestina, por lo que pudo estar en la mesa de la santa cena.  Lo que nunca podremos precisar es la fecha exacta en que esa pieza pasó a ser cáliz porque no se puede emplear la prueba del carbono 14 al no tratarse de un cuerpo orgánico, ni tampoco si éste fue realmente utilizado por Jesús.

Y al Santo Cáliz también se conoce con el nombre de Santo Grial.  Las voces grial, greal o gral, procedentes de término latino gradalis, significan plato, escudilla o bandeja con viandas. Ya existían en la lengua española en sus diferentes modalidades romances mucho antes de aparecer otros nombres similares en las leyendas caballerescas. En cambio, en las demás lenguas europeas no hay una palabra parecida a gral para indicar vaso, cáliz o recipiente de ninguna clase. Tomaron, pues, de España el objeto y el nombre que le dan las leyendas. Dado el origen y el uso divino de esta reliquia que adquirió en los libros de caballerías, es muy natural que todas las naciones se creyeran poseedoras del santo grial y defendieran la autenticidad de alguno de los cálices insignes que tuviera.  La búsqueda del Santo Grial es un importante elemento en las historias relacionadas con el Rey Arturo donde se combinan la tradición cristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino. El primer autor en mencionar al Grial es Chrétien de Troyes en su narración Perceval, también conococida como Le Conte du Graal, entre 1181 y 1181. La obra relata la visita de Perceval, quien aspira a ser caballero del Rey Arturo, al castillo del Rey Pescador, en el cual muestra un grial. Dentro tiene una especie de oblea que, milagrosamente, alimenta al herido padre del rey. Aunque posee un claro simbolismo cristiano, el autor habla simplemente de un grial, sin designarlo como santo. Este libro marcaría el comienzo de la leyenda. Robert de Boron es el responsable de transformar el grial en el Santo Grial. Este autor inglés espiritualiza el simple plato mencionado por el francés y lo convierte en la copa de la última cena, la misma que, según sostenían las leyendas, José de Arimatea usó después para recoger la sangre de las heridas durante la crucifixión de Cristo. A partir de este momento, los textos posteriores se concentran en dos historias diferentes. Por un lado, las relacionadas con la búsqueda del Santo Grial, emprendidas por los caballeros del Rey Arturo, y por el otro, las que relatan la propia historia del Grial desde los tiempos de José de Arimatea.

Laguna del Cañizar, una situación incomprensible

En plena llanura del Jiloca está situada la Laguna del Cañizar. La existencia de esta laguna está documentada desde época medieval. Tras la apertura de la fuente de Cella, surgió la Acequia Madre, también llamada río Cella, la cual canaliza el agua que brota de este pozo artesiano. Hasta el siglo XVIII la laguna ocupó una superficie estable, conviviendo con la acequia que discurre por uno de sus costados. Entre 1729 y 1731 se realizaron las obras de saneamiento de la laguna tras las quejas de los vecinos de Villarquemado, que dieron lugar a su desecación total. Para ello se reforzó la Acequia Madre y se creó un entramado de acequias menores que recogiesen el agua para evitar el embadinamiento*. Toda la superficie se reutilizó como campos de cultivo. A principios del siglo XXI comenzó la recuperación de la laguna, empresa llevada a cabo por los ayuntamientos de Cella y Villarquemado, a los cuales pertenecen las tierras del humedal. Tras las obras necesarias de drenaje se ha procedido a la recuperación de la zona inundable, que alcanza las 411 hectáreas. Ello la sitúa en el segundo humedal de agua dulce más extenso de España tras las Tablas de Daimiel, y la segunda laguna más extensa de Aragón tras Gallocanta. A lo largo de estos años se ha acondicionado un sendero perimetral de nueve kilómetros, varios observatorios con acceso desde Villarquemado, Cella y Las Granjas, además de dos embarcaderos que permiten introducirse mediante canales en la zona más profunda de la laguna, que ronda el metro de profundidad.

*Embadinar: Encharcar.

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Se trata de un proceso de recuperación integral de uno de los humedales más importantes de España, llevando a cabo un proyecto el cual durante el periodo de presentación no tuvo tan apenas rechazo. A continuación se llevaron a cabo las obras necesarias para su recuperación. Una vez culminado sin embargo tan apenas ha podido verse la laguna llena en una ocasión, ya que ello depende en exclusiva del cierre de unas tajaderas*. La llave de las compuertas de la laguna la tienen los regantes, y ellos han sido los que en los últimos meses han mostrado su opinión desfavorable con la creación de la plataforma No a la Laguna y manteniendo abiertas las compuertas. Todo este hermoso proyecto, muy valorado a nivel internacional por los expertos como un ejemplo a seguir, se ha visto truncado en los últimos meses. El detonante ha sido la creación de una zona de especial protección de aves conocida con las siglas de ZEPA, a la que se opone la plataforma. En la actualidad su tramitación que lleva adelante el Departamento de Medio Ambiente de la DGA está ya muy adelantada y se encuentra en periodo de alegaciones. Y todo parece indicar que saldrá adelante. Cuando esté en vigor no supondrá una variación notable para los vecinos de la zona. Respecto al tema de la caza, seguirá estando vedada la caza en la zona inundable como hasta ahora y en el resto se podrá cazar las especies autorizadas tal y como ocurre en la actualidad. En el aspecto urbanístico no se impedirá construir edificaciones en la zona de protección, aunque habrá que solicitar estudio de impacto medioambiental lo que no supondrá que no se puedan llevar a cabo las obras. Y en cuanto al riego, no le afecta para nada esta regulación. Por ello es difícil de entender cómo alguien puede posicionarse en contra cuando no supondrá limitaciones ni perjuicios. Pero sí puede suponer beneficios económicos para los agricultores de la zona, los cuales tendrán derecho a pedir subvenciones de compensación por los perjuicios que las aves protegidas puedan provocar en sus cosechas. Un ejemplo muy significativo fue la aplicación de la ZEPA en la laguna de Gallocanta. Tras mucho tiempo de debate y polémica se llevó a cabo, y los agricultores de esa zona ahora lo valoran como muy positivo, recibiendo compensaciones por el paso de las aves, y así contribuyendo a la conservación de otro humedal de gran importancia. Además de todo ello en Aragón cerca del 20% de la superficie está catalogada con esta protección, lo que demuestra que esta figura es compatible con el desarrollo de la población donde se encuentra. Queda claro que la postura contraria no se basa en criterios objetivos sino en otros de difícil explicación.

*Tajadera: Compuerta.

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En realidad los detractores han aprovechado la tramitación de la ZEPA para sacar a la luz su oposición a la laguna, como dejan claro con el nombre de su plataforma. En cuanto a los ayuntamientos afectados, la mitad están a favor y la mitad en contra. Como se puede intuir la postura coincide con el color político de sus alcaldes. Entre los que están a favor figuran los propietarios de las tierras donde se asienta la laguna e impulsores del proyecto, posición que puede variar en las próximas elecciones si cambiaran los partidos políticos que los gobiernan. Es lamentable que la situación de un proyecto tan emblemático dependa de intereses políticos. Y es incompresible una postura contraria a un proyecto medioambiental de importancia internacional sin aportar razones justificadas. La solución a esta paradójica situación pasa por el diálogo. Por ello lo mejor sería poner sobre la mesa la situación hidrológica de este paraje, que afecta a la cuenca alta del río Jiloca. Desde la parte defensora del proyecto se deja claro que el agua acumulada en la laguna podría permanecer allí sólo en la época invernal. En este periodo no es necesaria el agua para el riego, con lo que no habría perjuicio para los regantes.  Pero sí beneficio para ellos ya que este agua se guardaría para la época de riego, como lo hace cualquier embalse. Este agua podría ser utilizada en la época de riego entre entre abril y septiembre simplemente con la apertura de las compuertas que retienen el agua en la laguna del Cañizar. En la actualidad, con las compuertas abiertas el agua discurre por la Acequia Madre o río Cella y más tarde por el río Jiloca. Precisamente el fundamento de la protesta parece ser que es el uso del agua, pero la laguna serviría para incrementar los caudales de riego en la época de verano. Parece fácil la solución, pero la postura de negativa frontal, sin justificación alguna hace que ahora el proyecto de recuperación de la Laguna del Cañizar esté bloqueado por los regantes, los cuales tienen la llave de las compuertas e impiden su cierre.

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Otra parte implicada es la Confederación Hidrográfica del Ebro, la CHE. Participó en la financiación y ejecución de las obras de recuperación de la laguna. Tras la inauguración de las obras, se da la paradoja de que ahora se postula a favor de los regantes y de la plataforma No a la laguna. Una postura de nuevo incomprensible. Y más teniendo en cuenta que este organismo defiende los intereses de los regantes con la gestión de embalses con el fin de guardar caudales para el riego, como se podría hacer con las compuertas de la laguna, aunque en este caso su manera de proceder no sea la misma. Quizás tenga mucho que ver el color político de su presidente, acorde a los colores políticos de los opositores al proyecto en la zona, una práctica caciquil que debería haber desaparecido de nuestro territorio. Esperamos que la cordura y el diálogo hagan desbloquear esta situación, cuya solución propuesta beneficiaría a las dos partes, y supondría la recuperación de la Laguna del Cañizar y la mejora de los riegos de la cuenca alta del río Jiloca.

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