La despoblación en Sobrarbe

El pasado fin de semana aproveché para adelantar mi trabajo de pueblos deshabitados. En un fin de semana recorriendo el Sobrarbe pude visitar una docena de ellos, con lo que ya sólo me quedan 61 por conocer. Mi primera meta, conocer todos los pueblos habitados de Aragón, la cumplí en diciembre del 2011, tras 17 años de andadura por tierras aragonesas. Ahora ya me queda menos para cumplir esta segunda meta, y con ello podré decir que he estado en todos pueblos de Aragón, y así conocer mucho mejor mi tierra.

Entre los que recorrí voy a destacar tres, que responden a los tipos de pueblos según su situación actual tras el descenso demográfico que creó este proceso de despoblación mucho más acentuado en la provincia de Huesca. Morcat es uno de ellos y responde al caso más común. Se trata de una pequeña y bella aldea con una situación inmejorable, donde las vistas son uno de sus grandes atractivos. El pueblo quedó vacío ya que sus habitantes fueron en busca de un mejor lugar para vivir debido a las malas comunicaciones que tenía, y decidieron venderlo a Patrimonio Forestal del Estado para la repoblación de los montes de su alrededor. Ahora todo está en ruinas, y poco a poco el pueblo irá desapareciendo. Para acceder al pueblo hay que tomar la pista que conduce a Las Bellostas y que parte de la carretera de la Guarguera. Una nueva pista en regular estado y con barrera sirve de acceso andando en poco menos de una hora. El pueblo está rodeado de prados, cubiertos en parte por la vegetación que ocupa rápidamente lo que antes era usado por el hombre. La iglesia se mantiene en pie todavía, y su interior conserva las pinturas de sus paredes. La torre todavía se yergue altiva marcando la situación del lugar. Junto a ella se alza la escuela, y en ringlera* varias bordas y las cuatro viviendas que forman el pueblo.

*Ringlera: Hilera.
morcat

Continuando con la visita de la zona estuve en un pueblo llamado La Ripa. Se accede a través de una tortuosa pista que atraviesa seis veces el cauce del río Ena, con lo que tuve que dejar el coche a mitad y continuar andando más de media hora. Esta zona está situada entre La Torrecilla y Arcusa. La historia de este lugar responde a la de muchos otros, donde la vida estuvo a punto de interrumpirse definitivamente, y a duras penas ha vuelto a ella, no con el mismo esplendor que antaño, pero manteniendo la propiedad en pie, que no es poco. No sabía que me encontraría allí y al acercarme me pareció ulorar* comida recién hecha. Los perros enseguida detectaron mi presencia y apareció una persona joven. Estuve hablando con su único habitante, ya que sus familiares vivían en L´Aínsa. Me habló de su vida en este lugar apartado, que le gustaba mucho por su tranquilidad, después de haber vivido en Barcelona. Ahora llevaba unos quince años aquí. No tenía luz ya que carecía de placas solares y el generador se le había estropeado, pero tampoco le preocupaba mucho. Disfrutaba a diario del paisaje que le rodeaba, en el fondo de un frondoso valle rodeado por pequeñas montañas. El pueblo en sí estaba compuesto únicamente por una gran vivienda, nada más.

*Ulorar: Oler.
laripa

Y un tercer ejemplo de pueblo deshabitado es Griébal. Está situado cerca de L´Aínsa, con acceso señalizado desde la carretera que conduce a Campo. Hay que cruzar al principio el río de la Nata en coche. A pesar lo ancho del cauce se podía pasar sin problemas. Al otro lado la pista que sube al pueblo tenía cadena con lo que subí por un precioso sendero perteneciente al GR-19 en una media hora. La historia de este pueblo es diferente, aunque igual de triste. Sus habitantes fueron expropiados por la construcción del embalse de Mediano, cuyas aguas no alcanzaban la localidad. Y la vida ya nunca volvió. Sin embargo en los años 90 fue cedido a Scouts de Aragón y ellos se han encargado a lo largo de estos años de su rehabilitación. Sus usos no son los mismos pero por lo menos algunos de los edificios han sido acondicionados para uso temporal. Cuenta con dos barrios, el primero de ellos con la iglesia parroquial, y donde se concentra la actividad. Se conservan sus calles rullatas*, las casas y un horno.  A unos minutos está el segundo barrio, donde destaca la Casa Custodio, una gran casona que está rehabilitada, siendo el resto de viviendas en ruinas. También en mal estado está la antigua iglesia situada en un tozal cercano.

*Rullatas: Empedradas.
griebal

Y para finalizar esta visión particular de la geografía aragonesa di un paseo por la capital comarcal, la bella población de Aínsa. En las inmediaciones del aparcamiento de vehículos situado tras el castillo se puede acceder a la Cruz Cubierta, un lugar que aglutina mucha historia. En este punto dice la leyenda que tuvo lugar la batalla contra los musulmanes en la cual se apareció una cruz encendida sobre una carrasca, historia que se rememora cada dos años en la plaza mayor de Aínsa con el nombre de La Morisma. Fue tan importante este hecho que forma parte de uno de los cuarteles del escudo de Aragón. El monumento data de 1653 y se compone de una cruz sobre un árbol, cubierto de un templete circular. Está rodeado de campos con amplias vistas de las cumbres pirenaicas y de la Peña Montañesa. Se trata de un lugar de visita obligada para cualquier aragonés que se precie de conocer los aspectos básicos de nuestra cultura e historia.

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Viendo las estrellas desde Huesca

Hacía semanas que me rondaba por la cabeza visitar el planetario de Huesca, el único con el que cuenta Aragón. Su ubicación no ha sido casual ya que Huesca tiene mucha tradición en la observación de las estrellas, siendo la noche de contemplación de las lágrimas de San Lorenzo uno de los actos más emblemáticos de las fiestas de San Lorenzo, organizado desde hace años por la Agrupación Astronómica de Huesca. Además de todo ello esta entidad organiza múltiples actividades durante todo el año, cuenta con varios centenares de socios y tiene grupos Monzón y Sabiñánigo.

exteriror_planetariohuesca

La verdad es que había oído poco de este lugar, aparte de las obras y de su inauguración. Quizás le falte algo más de promoción. Además la llegada fue algo complicada. A pesar de saber su localización exacta, en el Parque Tecnológico Walqa, la señalización es nefasta. En la autovía la señalización del parque tecnológico es escasa, dando mucha más importancia a una gasolinera previa que al propio recinto. Qué curioso, una multinacional con publicidad de baldes*, y un centro de desarrollo tecnológico olvidado por el ministerio de Fomento. Pero la señalización una vez fuera de la autovía es todavía peor, es decir, nula, tanto en la antigua carretera nacional como en el propio acceso a Walqa. Afortunadamente un pequeño cartel en la zona central del parque tecnológico aclara que allí esta el planetario. Empezaba mal la valoración del Centro Astronómico Aragonés. Pero a escasos metros del edificio todo sigue igual.  Un talud lo oculta y hay que adivinar dónde ésta y dónde se puede aparcar. El nuevo centro ha sido bautizado como Espacio 0.42, que marca las coordenadas geográficas de la capital altoaragonesa. A partir de este momento comencé a valorar el lugar y la verdad es que la visita es imprescindible. Un edificio de fachada innovadora, en cuyo interior aparece una gran esfera terráquea que alberga el planetario. El centro ofrece una variada oferta de actividades englobadas en paquetes según edades de los visitantes y horarios, todos ellos relacionados con la astronomía y el espacio. Una gran explanada verde ante el edificio configura un espacio perfecto para la realizar todo tipo de actividades al aire libre, fundamentalmente nocturnas con la observación de las estrellas.

*De baldes: Gratis.

interior_planetariohuescaEn mi visita opté por una sesión que comenzaba a las ocho de la tarde. En primer lugar hubo una demostración de cohetes caseros en en exterior del edificio, sorprendiendo por lo alto que se puede lanzar un cohete compuesto por una botella, una cartulina y una pelota, sólo con aire a presión y agua. Ya en el interior el guía nos contó datos anecdóticos sobre el globo terráqueo. La parte más interesante fue la proyección de la película «El nacimiento de la era espacial» en el planetario. Aparte de la calidad de la proyección, la película estuvo muy bien con un contenido muy interesante y divulgativo. La sesión finalizó con una simulación 4D en una sala más pequeña, donde además de las tres dimensiones de la proyección las butacas acompañaban en movimiento a la imagen, con lo que todo parecía muy real. En total una hora y media de duración con contenidos muy interesantes y a un precio muy razonable, 7 euros.

La vuelta al coche de nuevo supuso un nuevo punto negativo. La falta de iluminación en el exterior, condición necesaria para la mejor observación nocturna de las estrellas, hacía imposible acudir al aparcamiento a tentón*. Gracias a los móviles pudimos llegar sin ningún sobresalto. Unas pequeñas luces guía en dicho camino hubieran resuelto esta situación. Las instalaciones son inmejorables y ofrecen unos contenidos variados y de calidad, pero debe ser mejorada la señalización en los accesos tanto en las carreteras como en el propio parque tecnológico, así como la iluminación para acceder al recinto de noche.

*A tentón: A tientas.

Susín y el sueño de Angelines Villacampa

A finales del mes de agosto estuve una mañana recorriendo un rinconcito que me faltaba de ver cerca de Biescas. Desde la localidad de Oliván se puede acceder al Sobrepuerto, zona que sólo es conocida porque entre sus pueblos deshabitados está Ainielle, donde está basada la historia de la novela «La Lluvia Amarilla», de Julio Llamazares. Con la lectura de este libro uno comprende la dureza de la vida de los últimos habitantes de estos pueblos. Sin embargo muy pocos conocen los pueblos deshabitados allí situados y el bello y agreste paisaje que los envuelve.

Esta soleada mañana quería visitar Susín y Casbas de Huesca, situados a las puertas del Sobrepuerto y que más bien pertenecen a Tierra Biescas. El primero de ellos ya lo conocía ya que estuve hace once años, y entonces cuando llegué me encontré con una mujer que vivía en una de las dos casas que forman el núcleo, Casa Mallau. Se llamaba Angelines Villacampa. Tenía la esperanza de volver a hablar con ella.  Sin embargo visitando el pueblo me encontré su lápida junto a la iglesia, lo cual me dejó acachuguito*. Había fallecido hace unos meses y en su epitafio ponía la frase «Mi sueño es que Susín tenga una restauración auténtica». Ella llevaba muchos años trabajando para ver recuperado su pueblo natal.

*Acachuguir: Consternar.

angelinesvillacampa_susinCon este fin se creó la Asociación Mallau-Amigos de Susín. Tras su fallecimiento se han sucedido actos de homenaje con numerosas actividades. Y con el fin de continuar con la incansable labor para conseguir su sueño se convocan jornadas de trabajo el último sábado de cada mes. Precisamente estuve hablando con tres personas de Madrid que habían estado colaborando el día anterior. Uno de ellos había conocido a Angelines y cuando le dijeron que había fallecido decidió acudir un fin de semana a Susín y echar una mano. Sin duda una labor que no tiene precio. Ojalá hubiese muchos ejemplos en Aragón como éste, en los que el empeño de una persona por mantener en pie un pueblo y el cariño de su familia, amigos y de muchos colaboradores ha hecho que este pueblo no tenga el mismo final que el de otros muchos que hay en nuestra geografía.

casamallau_susinEl pequeño pueblo de Susín se emplaza en un lugar elevado, rodeado de praus* y bosques, y con unas impresionantes vistas de Tierra Biescas, surcada por el río Gállego. Y el pueblo es encantador. Una pequeña calle empedrada alberga las dos únicas casas, Casa Mallau y Casa Ramón-Casa Canales. Y a su alrededor hay varias bordas, la herrería y el resto de edificios secundarios. A todo esto se añade la iglesia de Santa Eulalia de Mérida, perteneciente al conjunto de iglesias del Serrablo. Del románico inicial bajo influencia lombarda, conserva elementos prerrománicos en su ábside y junto a él una preciosa ventana de dos vanos con falsos arcos de herradura. Con todo esto es suficiente para invitar a visitar este pequeño enclave, muy mejorado en los últimos años tras su abandono en la década de los sesenta, gracias a Angelines y ahora a toda la gente que está colaborado para mantener el pueblo vivo.

*Prau: Prado.

iglesia_susinAdemás de la emotiva visita a Susín, en la misma mañana visité Casbas de Jaca, situado a un par de kilómetros por una pista, el cual no ha corrido la misma suerte. La vegetación invade sus calles y de las casas apenas quedan algunos muros. La iglesia ya no cuenta con su cubierta y la torre tiene ruina cercana. Lamentablemente la administración, propietaria del mismo, no se hace cargo de su mantenimiento y en unas décadas habrá sido devorado por la vegetación y por la climatología.

casbasjaca