Susín y el sueño de Angelines Villacampa

A finales del mes de agosto estuve una mañana recorriendo un rinconcito que me faltaba de ver cerca de Biescas. Desde la localidad de Oliván se puede acceder al Sobrepuerto, zona que sólo es conocida porque entre sus pueblos deshabitados está Ainielle, donde está basada la historia de la novela «La Lluvia Amarilla», de Julio Llamazares. Con la lectura de este libro uno comprende la dureza de la vida de los últimos habitantes de estos pueblos. Sin embargo muy pocos conocen los pueblos deshabitados allí situados y el bello y agreste paisaje que los envuelve.

Esta soleada mañana quería visitar Susín y Casbas de Huesca, situados a las puertas del Sobrepuerto y que más bien pertenecen a Tierra Biescas. El primero de ellos ya lo conocía ya que estuve hace once años, y entonces cuando llegué me encontré con una mujer que vivía en una de las dos casas que forman el núcleo, Casa Mallau. Se llamaba Angelines Villacampa. Tenía la esperanza de volver a hablar con ella.  Sin embargo visitando el pueblo me encontré su lápida junto a la iglesia, lo cual me dejó acachuguito*. Había fallecido hace unos meses y en su epitafio ponía la frase «Mi sueño es que Susín tenga una restauración auténtica». Ella llevaba muchos años trabajando para ver recuperado su pueblo natal.

*Acachuguir: Consternar.

angelinesvillacampa_susinCon este fin se creó la Asociación Mallau-Amigos de Susín. Tras su fallecimiento se han sucedido actos de homenaje con numerosas actividades. Y con el fin de continuar con la incansable labor para conseguir su sueño se convocan jornadas de trabajo el último sábado de cada mes. Precisamente estuve hablando con tres personas de Madrid que habían estado colaborando el día anterior. Uno de ellos había conocido a Angelines y cuando le dijeron que había fallecido decidió acudir un fin de semana a Susín y echar una mano. Sin duda una labor que no tiene precio. Ojalá hubiese muchos ejemplos en Aragón como éste, en los que el empeño de una persona por mantener en pie un pueblo y el cariño de su familia, amigos y de muchos colaboradores ha hecho que este pueblo no tenga el mismo final que el de otros muchos que hay en nuestra geografía.

casamallau_susinEl pequeño pueblo de Susín se emplaza en un lugar elevado, rodeado de praus* y bosques, y con unas impresionantes vistas de Tierra Biescas, surcada por el río Gállego. Y el pueblo es encantador. Una pequeña calle empedrada alberga las dos únicas casas, Casa Mallau y Casa Ramón-Casa Canales. Y a su alrededor hay varias bordas, la herrería y el resto de edificios secundarios. A todo esto se añade la iglesia de Santa Eulalia de Mérida, perteneciente al conjunto de iglesias del Serrablo. Del románico inicial bajo influencia lombarda, conserva elementos prerrománicos en su ábside y junto a él una preciosa ventana de dos vanos con falsos arcos de herradura. Con todo esto es suficiente para invitar a visitar este pequeño enclave, muy mejorado en los últimos años tras su abandono en la década de los sesenta, gracias a Angelines y ahora a toda la gente que está colaborado para mantener el pueblo vivo.

*Prau: Prado.

iglesia_susinAdemás de la emotiva visita a Susín, en la misma mañana visité Casbas de Jaca, situado a un par de kilómetros por una pista, el cual no ha corrido la misma suerte. La vegetación invade sus calles y de las casas apenas quedan algunos muros. La iglesia ya no cuenta con su cubierta y la torre tiene ruina cercana. Lamentablemente la administración, propietaria del mismo, no se hace cargo de su mantenimiento y en unas décadas habrá sido devorado por la vegetación y por la climatología.

casbasjaca